Las historias de abandono son cada día más desgarradoras, pero ellas han permitido visibilizar un problema que antes era tomado como algo «normal» para muchos. Las denuncias diarias también han despertado el interés de humanos más sensibles que ahora se unen o inauguran fundaciones para ayudar a los animalitos sin hogar.

Uno de los beneficiados de estas organizaciones es el bello Emilio, un perro cuyo estado físico y emocional rompía verdaderamente el corazón y que logró ha dado un vuelco radical a su situación.

Te invitamos a conocer su historia.

Este amiguito fue encontrado casi moribundo, mientras vagaba por las calles de la ciudad costera de Valparaíso, en Chile. Su rescate fue liderado por el protector de los derechos de los animales, David Fernández. Este hombre se convirtió en su héroe.

El buen samaritano no dudó en tomar al perrito y llevarlo consigo.

Este ángel describió la condición de Emilio como extrema. Fernández ha realizado muchos rescates pero quizás ninguno tan significativo como el de este peludo.

Nada más verlo provocaba una profunda tristeza.

Los daños que Emilio había sufrido eran evidentes y el hombre no pudo pasar de largo ante su situación, así que decidió rescatarlo.

”Vagaba en el puerto de Valparaíso, desnutrido, lleno de sarna, lesiones y hongos. No estaba bien, cojeaba. Estaba totalmente descalcificado, estaba mal. Pasaban los días y nadie tomaba el caso”, relató Fernández.

Una vez fue sacado de las calles, a Emilio le esperaba una dura recuperación y para lograrlo debió ser trasladado a la ciudad de Santiago, la capital chilena.

“Era increíble la cantidad de hongos que tenía este perrito en su piel, bacterias y lesiones. El primer baño sanitario duró casi una hora: casi no tenía pelo. Tenía una franja de pelo del cuello hasta la cola, la zona del torso y nada más. Todo pegado, lleno de motas”, detalló el rescatista.

Si su físico era lamentable, peor aún estaba su espíritu. Emilio se mostró un poco asustadizo en principio, temía que alguien más lo lastimara. Sin embargo, la comida fue un buen señuelo para ganarse su confianza.

“Yo creo que ese perro no comía en semana o meses”, expresó Fernández.

Desde su rescate, Emilio ha demostrado tener muy buen paladar, pues devora casi todo lo que le den de comer. Sin duda, una buena alimentación y todos los cuidados y tratamientos que ha recibido han hecho mella en el can.

Hoy es un perro completamente diferente.

Mira la transformación que sufrió desde el día de su rescate:

En la actualidad, Emilio parece otro y el propio Fernández ha revelado que está listo para hallar un hogar: “Emilio esta castrado, vacunado, desparasitado interna y externamente. Es un perro sociable con otros perros y personas. Es cariñoso. Es un caso especial, es un caso extremo“, sin duda el peludo sería la mascota ideal para cualquiera.

La dura vida de este can ha quedado atrás pero necesita de todos para encontrar un hogar, por favor comparte su historia y ayúdanos a que halle pronto una familia que lo ame como merece.