Por lo general, el perro promedio recibe un juguete con el que interactúa con su humano u otro peludito, aunque hay muchos estudios sobre el vínculo que forman los perritos con los juguetes, lo que no podemos negar es que estos les sirven no solo para drenar su energía sino para brindarles mayor confianza.

Perrito desborda felicidad al ver que su peluche favorito cobró vida.

Un ejemplo de ello es Charli, un hermoso perrito que ha creado un gran vínculo con su peluche, un pato amarillo al que ama y no suelta por nada el mundo. No hay lugar donde este perrito vaya sin que lo acompañe su juguete.

Aunque esta adorable bola de pelos tiene otros juguetes de los que puede disponer cuando quiera, pareciera que no existieran pues a la hora de escoger uno, siempre elegirá a su peluche de pato amarillo llamado Mr. Quackers.

Charlie tiene muchos juguetes, pero Mr. Quachers ha sido su favorito desde que era solo un cachorro.

La madre adoptiva de Charlie, Alicia comentó:

“Me di cuenta que se lo llevaba donde quiera que fuera e incluso dormía con él por la noche. Nunca antes lo había visto actuar de esta manera con un muñeco de peluche”.

Charli y Mr. Quackers son inseparables, para sus padres adoptivos es realmente hermoso ver a Charlie súper feliz cada vez que juega con su peluche.

Con la idea de sumarle felicidad, decidieron darle una gran sorpresa, el esposo de Alicia se disfrazó de Mr. Quackers, por lo que el perrito pudo disfrutar de una versión gigante de su peluche favorito.

Afortunadamente el hombre encontró el disfraz perfecto en una tienda.

Cuando Charlie recibió la sorpresa estaba acostado mientras tenía a Mr. Quackers en la boca. Solo bastó que el perrito viera que su juguete favorito cobraba vida para que desbordara felicidad.

Con agitados movimientos de cola y pequeños pasos se fue acercando hacia la versión gigante de su juguete.

Una divertida sorpresa que ha conquistado los corazones de los internautas del todo el mundo.

Entre saltos, dulces abrazos y una agitada felicidad por parte del perrito se fueron abriendo paso hasta llegar a un lugar más abierto de la sala de estar.

Desde ahí, la versión enorme de Mr. Quackers y el perrito siguieron jugando, se lanzaron al piso, crearon una hermosa complicidad y fueron desproporcionalmente felices. Al respecto Alicia dijo: