El 06 de junio, un hermoso perrito Golden llamado Chunk estaba jugando con sus dueños.
Se encontraban en un bosque a las afueras de su casa jugando con una pelota. Habían hecho esto en incontables ocasiones y nunca pensaron que algo malo podría sucederle al peludito de tres años.
Chunk se alejó un poco para buscar la pelota y de pronto comenzó a correr a toda velocidad. Al parecer, vio algo que lo dejó muy asustado y quiso huir lo más lejos posible.
Chunk no regresó a casa. Desde esa misma noche sus dueños emprendieron una misión de búsqueda, pidieron ayuda en las redes sociales y contaron con el apoyo de oficiales y rescatistas.
Dos días después de su desaparición, una pareja lo vio cerca del puente Mantoloking.
Lo reconocieron por las imágenes que habían visto en las redes y trataron de retenerlo. El pobre Chunk estaba hecho un manojo de nervios y pensó que aquellas personas querían hacerle daño. No se dejó atrapar y tampoco pudieron seguir su rastro.
El 22 de junio dos oficiales que se encontraban resguardando la zona, recibieron una de las llamadas más extrañas en todos sus años de experiencia. Había un Golden retriever nadando hacia la costa de Jersey.
Los oficiales se subieron a un bote con motor y se acercaron hasta el perrito. Con mucha delicadeza lo guiaron hasta la costa y utilizaron una cuerda para subirlo a través del muelle.
Chunk seguía aterrado pero se las ingeniaron para resguardarlo y llamar a sus dueños.
“Estaba extremadamente cansado. Se veía hambriento. No había comido en días”, dijo el oficial Ferdinandi.